La risografía, un estarcido digital
Artículo escrito por el estudio de risografía y edición RaumPress.
Cada vez encontramos más adeptos a la risografía por sus colores vibrantes, su estética particular, y su respeto por el medio ambiente. Para los que todavía no estéis familiarizados con ella, la risografía es un sistema de impresión permeográfico que utiliza plantillas o esténciles de celulosa y resina de poliéster. Está pensada para imprimir tiradas cortas y medias utilizando una gama reducida de tintas planas fabricadas a base de una emulsión de aceite de salvado de arroz y agua.
Su historia es bastante reciente ya que la primera duplicadora totalmente automática, la RISOGRAPH 007, llega al mercado en 1984 de la mano de la empresa japonesa Riso Kagaku Corporation. Su fundador Noboru Hayama se inicia en el mundo de la impresión mediante plantillas, en septiembre de 1946, cuando abre una imprenta mimeográfica en Setagaya (Tokio). Años más tarde, consigue manufacturar la primera tinta de emulsión japonesa para mimeógrafos que se empieza a comercializar a partir 1954. Las primeras duplicadoras surgen entonces como una evolución digital del mimeógrafo y se vuelven muy populares en oficinas, colegios, iglesias y partidos políticos ya que pueden duplicar sus carteles y folletos sin necesidad de acudir a una imprenta.
Aunque el aspecto físico de esta máquina es bastante similar al de una fotocopiadora su funcionamiento es muy diferente ya que en su interior alberga, dependiendo del modelo, uno o dos tambores cilíndricos que imprimen uno o dos colores a la vez. Como sólo se puede introducir un color de tinta en cada tambor necesitamos contar con tambores adicionales e intercambiarlos en la duplicadora.
En risografía, el proceso de impresión siempre es el mismo. La duplicadora recibe un archivo PDF desde el ordenador o bien lo escanea desde su propio escáner situado en la parte superior. La información del archivo se traduce a un mapa de bits codificando las imágenes, las formas y los textos en una matriz de puntos o píxeles. A continuación, el cabezal térmico perfora estos datos en una plantilla, también llamada máster, que automáticamente se coloca alrededor del tambor. Al imprimir, las hojas de papel se deslizan en plano por debajo del tambor mientras que éste gira a gran velocidad en sentido contrario a las agujas del reloj. La tinta del tambor pasa a través de los minúsculos orificios creados en el máster y se transfiere al papel mediante presión. Después de terminar de imprimir el número de copias deseadas, la duplicadora desmonta el máster usado del tambor y lo deshecha en un depósito lateral por lo que no se puede volver a utilizar. El proceso de impresión hay que repetirlo con las siguientes capas de color que queramos imprimir.
Cuando estamos preparando los archivos tenemos que tener en cuenta que las tintas Riso no son cubrientes sino ligeramente translucidas, así que al sobreimprimir dos tintas podemos obtener nuevos tonos. Los colores también se pueden matizar si utilizamos papeles de color. Las tintas Riso no se ajustan al sistema de color universal Pantone y su gama es limitada. Actualmente podemos encontrar 21 colores estándar y más de 50 personalizados que van desde el clásico negro a otros colores especiales como los fluorescentes y los metalizados.
Al igual que en cualquier proceso de impresión, existe la posibilidad de que algunas de las tintas estén ligeramente fuera de registro y aparezcan espacios blancos entre los diferentes colores. Podemos aprovechar estas imperfecciones como un recurso creativo o bien minimizar el efecto utilizando la técnica del trapping, que consiste en expandir los elementos de uno de los colores para que se superpongan al otro. Lo más común es ampliar los bordes del color más claro para que se sobreimprima en el más oscuro. Pero hay que utilizar una cantidad de trapping adecuado al tipo de papel y modelo de la duplicadora, porque en lugar de tener un espacio blanco tendremos un borde oscuro entre los colores.
Por último, la elección del papel en risografía es otro aspecto fundamental que influye en el resultado final de la impresión. Sólo debemos utilizar papeles no estucados y absorbentes de entre 46 y 210 gramos, ya que la tinta se fija al soporte por absorción. Una vez impresa la hoja, el agua de la tinta se evapora y el resto de los componentes impregnan la superficie del papel. Si el soporte no es lo suficientemente absorbente los tiempos de secado se prolongan en el tiempo y, dependiendo de la cobertura de la tinta, puede no llegar a secar. Este sistema de impresión en frío es más respetuoso con el medioambiente que otros que necesitan calor para fijar la imagen ya que consumen menos energía. Además, las tintas Riso no contienen compuestos orgánicos volátiles, COV, y no producen emisiones tóxicas.
Ahora que estás más familiarizado con la técnica y todo el proceso, ¿te atreves a crear tu proyecto risográfico?