¿Qué es la Lectura Fácil?
Artículo escrito por Javier Alcázar, editor de la editorial especializada en lectura fácil Lecturia, para La Granja Estudio.
Desde hace algún tiempo, la accesibilidad es una de las palabras más repetidas a la hora de diseñar cualquier proyecto. Los edificios son, sin duda, el ejemplo más claro donde estos avances se notan: rampas, ascensores, carteles en braille… Estas medidas permiten a las personas con dificultades de movilidad desenvolverse con más autonomía en su entorno.
Pero hay otra forma de accesibilidad que no tiene que ver con las barreras físicas, sino con las barreras cognitivas: con las dificultades para entender nuestro entorno y la información que nos proporciona. Y este tipo de barreras no suelen tenerse tan en cuenta a la hora de concebir y diseñar un proyecto; la accesibilidad cognitiva es, de alguna forma, la gran olvidada en este campo.
Con idea de que todas las personas puedan entender lo que leen y, así, disfrutar además de la literatura, nació en los años 60 en Suecia la Lectura Fácil. Esta metodología ha ido extendiendo su uso por múltiples países y lenguas desde entonces, hasta ser una de las herramientas de accesibilidad cognitiva más conocidas.
¿En qué consiste la Lectura Fácil?
La Lectura fácil es un sistema internacional y estandarizado para escribir o adaptar textos que sean accesibles para personas con dificultades de comprensión lectora. Para ello, hay que aplicar una serie de pautas, que podríamos agrupar en tres grandes grupos:
- Formato: tienen que ver con cómo disponemos el texto en la página. Por ejemplo, las líneas no deben superar los 65 caracteres y deben respetar unidades sintácticas completas, el texto no se justifica a la derecha, el interlineado debe ser de 1,5, etc.
- Lenguaje: hacen referencia a las palabras y construcciones sintácticas que debemos emplear en el texto: evitar los tiempos verbales compuestos, los tecnicismos, la voz pasiva…
- Contenido: tienen que ver con cómo seleccionamos y organizamos la información que queremos transmitir.
Hay que aplicar todas las pautas a la vez (que son muchas más de las que aquí se muestran), por lo que el proceso de adaptación a Lectura Fácil es, muchas veces, difícil; hay mucho trabajo detrás del texto final. Pero, para poder decir que un texto está en Lectura Fácil debe validarse, además, con usuarios de esta metodología o con una organización reconocida, que le otorgará uno de estos sellos:
¿A quién se dirige la Lectura Fácil?
Hay muchos colectivos que se benefician de la Lectura fácil, o que la necesitan: personas con discapacidad intelectual, personas mayores o con algún tipo de deterioro cognitivo, personas extranjeras que aún no hablan bien el idioma, personas que no terminaron su escolarización o nunca se han acercado a la lectura, jóvenes o adultos con trastornos del lenguaje o del aprendizaje (dislexia, TDAH), personas con problemas de salud mental… Son muchas las personas que podrían necesitarla: la IFLA estima que el 30% de la población tiene problemas de comprensión lectora.
¿Qué aspecto tiene un texto en Lectura Fácil?
La adaptación de un texto a Lectura Fácil tiene como resultado textos amables y agradables a la vista, en páginas limpias, donde el texto respira e invita al lector a acercarse a él. Los libros de la editorial Lecturia son un ejemplo de ello:
¿Dónde puedo saber más sobre la Lectura Fácil?
Puedes dirigirte a la web de la Asociación Lectura Fácil, a Plena Inclusión o contactar con la editorial Lecturia.
¡Gracias por leer!