10 consejos para crear una marca increíble
Septiembre siempre ha sido nuestro mes favorito, ya que es un momento ideal para comenzar nuevos proyectos o retomar algunos que dejamos atrás. Nuestra marca personal es ese proyecto que siempre acabamos olvidando y que no damos demasiada importancia, así que es el momento de ponernos manos a la obra y crear esa marca que siempre hemos querido (o necesitado) ¿os parece?
¡Vamos a ello!
1. Fíjate en tu público ideal, en el público objetivo.
El primer paso que debes dar antes de empezar a diseñar y definir tu propia imagen es investigar y saber cuál es tu público objetivo. Saber cómo es, sus gustos, su ciudad de residencia, etc. nos ayudará a enfocar mejor las estrategias, estilo y personalidad de nuestra marca y que se sientan identificados con ella o con sus valores.
Si quieres saber cómo buscar ese público objetivo, puedes leer nuestro artículo “Buscando el público objetivo”.
2. Define tus objetivos y valores.
Para poder enfocarnos en los temas importantes que debe tratar tu marca, debes plantearte qué objetivos quieres alcanzar con ella y cuáles son los valores a seguir.
Marcar unos valores como propios, con los que estemos cómodos y a los que queramos aspirar, nos ayudará a que nuestra audiencia conecte y nosotros seamos felices de formar parte de algo tan personal. Nuestros valores pueden ayudarnos a definir si nuestra marca será más agresiva o “friendly”, más corporativa o desenfadada.
¿Hay alguna meta a corto o largo plazo? Tal vez podrían ser (así soltamos algunas) tener un mínimo de facturación o conseguir cierta cantidad de seguidores. Podría ser también conseguir ser una marca diferente en tu campo o estar en algún evento importante del sector… Debemos tener metas y objetivos realistas y medibles para poder valorar si funcionará o, sin embargo, debemos ir en otra dirección.
3. Toma referencias y estudia a la competencia.
Antes de diseñar nuestro proyecto, investigar a nuestra competencia puede ser clave para saber qué está funcionando, qué no encaja y qué podemos mejorar en el panorama en el que nos queremos mover.
Anota todo aquello que te gusta y te disgusta de las marcas y crea tu propia fórmula mejorando todo aquello que encaje contigo. Eso si… ¡No copies! No queremos que nuestra marca parezca un producto edulcorado de otra que ya funcionaba por su propia cuenta (y mucho menos queremos que nos denuncien :/ )
Como dice Puño en sus charlas: “Debemos de ser un ladrón de guante blanco y seleccionar esos pequeños detalles que nos encantan y, al aplicarlo a nuestra propia marca, crear un trabajo diferente, único y fascinante”.
4. ¿Cuál será el formato?
Con el formato nos referimos al entorno gráfico y audiovisual en el que nos moveremos: ¿Online? ¿Offline? ¿La mayor parte de nuestro trabajo será online o sin embargo prácticamente viviremos entre impresiones, libros y flyers?
Podemos por supuesto crear una marca 360º (Que es lo ideal) pero tenemos que tener en cuenta que hay resultados gráficos que no podemos conseguir en una u otra plataforma, o al menos, nos será más difícil o costoso. Temas como la intensidad de los colores en pantalla o su propia reproducción en papel puede ser crucial y un trabajo difícil si queremos mantener una coherencia gráfica.
Lo mismo sucede con las piezas de marketing y publicidad, en el que dependiendo de nuestra capacidad, destreza o presupuesto podremos desarrollar distintas campañas o piezas para distintos públicos o segmentos.
Es importante pensar qué podemos hacer, cómo y para quién, antes que convertirnos malamente en marcas con poca capacidad de reacción.
5. Diseña tu imagen y dale personalidad e identidad a tu marca.
Con toda la información anterior recopilada, pensemos cómo queremos que sea esa marca y… ¡a diseñar! Plantea una tipografía que encaje con el entorno, una paleta de color que nos recuerde a nuestro producto u objetivo y diseñemos un logotipo que hable directamente al cliente de quién somos y qué valores queremos transmitir.
6. Conceptualiza tu servicio de valor.
Tu servicio de valor o tu producto será ese trabajo u objeto estrella que ofrezcas a tus clientes y por el que acudirán a ti como experto. Por ello, aunque seas un crack en distintas ramas o metodologías o tengas muchos tipos de productos, escoge uno que muestre al mundo quién eres y de lo que eres capaz.
Ser ilustrador (por ejemplo), en general, puede dar una idea de a qué te dedicas, pero si logras enfocarte y escoger un nicho más específico, los posibles clientes acudirán a ti antes que a otros. Por ejemplo, si eres ilustrador especializado en botánica estás más cerca de que muchos clientes con esas necesidades te llamen antes que a un ilustrador genérico.
7. Adapta tu lenguaje y su estrategia.
Ahora que tenemos un diseño creado, los objetivos claros y un nicho en el que movernos, debemos preparar y enfocar nuestro lenguaje y estrategia de marketing a esa audiencia y ese entorno. El lenguaje con el que hablemos a nuestro público puede ayudar a crear una conversación con ellos y mostrarles nuestro estilo o mood personal.
Si nuestro proyecto está enfocado a territorios más formales, necesitaremos tener un lenguaje claro, ordenado y serio. Sin embargo, si estamos en un territorio más desenfadado y divertido, podremos hablar desde una perspectiva más personal, cercana o graciosa.
8. Sé constante y racional.
Esto debemos grabarlo bien en el cerebro, pues debemos aplicarlo tanto para nuestra marca como para sus redes sociales.
Una vez tengamos todo listo, algo que nos definirá es la constancia con la que interactuamos con nuestra audiencia y la manera con la que lo haremos. Planifica todas las acciones que vas a realizar a partir de ahora con un calendario, marcando las fechas importantes para nuestro negocio o actividad, y así poder ir diseñando o creando las piezas necesarias que compartiremos.
Seamos racionales y procuremos compartir siempre información relacionada con nuestra marca, con su entorno o de valor para nuestra audiencia. Nunca, a no ser que sea demasiado relacionado, compartamos contenido personal o totalmente distinto a nuestra marca, ya que puede ser perjudicial para nuestra imagen y que no nos tomen en serio o pierdan directamente el interés.
9. Todos somos imperfectos, ¡tan sólo hazlo!
Cuántas conversaciones hemos tenido con amigos diseñadores y seguiremos defendiendo esto: Mejor hacer las cosas imperfectas que no hacerlas por miedo a que no sea perfecto.
Hay que atreverse a soltar y terminar el proyecto pese a nuestro miedo de perfeccionarlo, si no será imposible avanzar y que nuestro trabajo valga la pena.
10. ¡Diviértete!
No olvidemos que nuestra marca es nuestra propia imagen, nuestra historia y nuestro tiempo ¡procura divertirte! Debemos disfrutar en todo momento de lo que estamos haciendo y, si no es así, quizá es el momento de plantearse hacer otra cosa ¿no?
¡No dejemos cosas tan importantes como nuestra imagen para el final! Aunque entendemos que es una tarea ardua, nosotros también estamos en ese proceso 🙂
¿Tienes dudas o te gustaría que te ayudásemos? ¡Escribe en los comentarios! Te leemos 😛