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10 consejos para presentar (a cualquier editorial) tu proyecto

Llevamos tiempo pensando en dar unos pequeños consejos, casi como sentido común, sobre cómo presentar un proyecto a una editorial. Por supuesto, cada editor, como persona que es, es distinto y preferirá recibir los trabajos de una u otra manera. Lo que sí está claro es que, a todos, les facilitará recibir todos los proyectos siguiendo una serie de pautas o consejos para que sea más ameno y amable valorar todos esos trabajos merecedores (o no) de estar en su catálogo editorial.

 

Estos consejos también los escribimos a raíz de la última convocatoria que hemos lanzado (¿Te has apuntado ya? Pulsa aquí para ir a la Open Call), que… ¡Nos encanta recibir propuestas! Pero más nos gusta recibirlas hechas con cariño y mimo, así que para facilitar las cosas… ¿Qué os parece verlos juntos?

 

¡Vamos a ello!

1. Que la idea esté clara.

Antes de enviar cualquier proyecto o trabajo a revisión, tenemos que tener muy claro cuál es el mensaje que queremos transmitir. Para ello, pensemos en nuestro trabajo como en un conjunto de elementos que debe transmitir un único mensaje, para que la persona que lo revise vea claramente de qué trata el proyecto.

Esto podemos trasladarlo tanto al tema o idea del propio trabajo como al estilo gráfico, que nos dé a entender que forman parte de un mismo conjunto y no, por el contrario, varios trabajos de índole diversa que pueda parecer de alguna manera un portafolio.

2. Proyecto no es lo mismo que portfolio.

Un proyecto es una idea concreta, como hemos visto, pensada en ser ejecutada con un desarrollo y línea creativa concreta, mientras que un portafolio es una serie de trabajos (textos, ilustraciones, etc.) recopilatorios de lo que hacemos ¡No los confundamos!

 

No obstante, como consejo para un portafolio: Que todo el contenido respire con un mismo aire y modo de hacer concreto. Si añadimos en un mismo documento ilustraciones, fotos, textos, dibujos, etc., aunque sean hechos y creados por nosotros, solo hará un lío a la persona que está revisando y no entenderá muy bien a qué te dedicas, ¿Se te da mejor la fotografía o el dibujo? ¿Acaso la ilustración cuando enseñas más texto que imágenes?

 

Por tanto, pensad en elaborar la presentación de vuestro proyecto con algo tan sencillo como…

3. Introducción-nudo-desenlace.

Más allá del propio relato o tema de nuestro proyecto, crear una estructura narrativa sencilla para explicar nuestro proyecto puede ayudarnos a guiar o acompañar al editor por todo el proyecto y explicárselo como si estuviésemos presencialmente con él.

 

Comienza, por ejemplo, con una pequeña introducción, poniendo en contexto qué es eso que vas a ver y para qué/quién está pensado. Esto te servirá para contar de una manera más precisa tu proyecto en el nudo. Para cerrar, no olvides añadir un texto final junto con la información de contacto para que, si finalmente gusta el proyecto, tengan la información localizada y puedan llamarnos.

4. Menos es más.

O lo que es lo mismo, condensa la información a lo más importante. Por querer presentar mucho material o intentar extender mucho una explicación podemos aburrir o difuminar lo que queremos contar. Cuanto antes entendamos de qué trata y cómo queremos hacerlo mejor.

También, debemos estar abiertos a cambios, pues de nada sirve dar muy cerrado y extenso un trabajo cuando el propio editor puede sugerirnos ir por una u otra línea.

5. Baja resolución (72ppp).

Esto es casi más una advertencia que un consejo. Siempre que enviemos un trabajo, hagámoslo con la resolución suficiente para poder ver y valorar la propuesta, pero nunca con la máxima resolución, ya que no sabemos qué intenciones tiene la persona a la que se lo enviemos y, de esta manera, nos resguardamos de que puedan utilizarlo o imprimir sin nuestro consentimiento o cualquier tema similar. Esto es ponerse en lo peor, sí, pero mejor prevenir que curar.

 

Además de esta manera nuestro documento pesará relativamente poco y podremos enviarlo con mayor facilidad por correo.

6. Tu trabajo siempre disponible.

Este punto es bastante importante, y aunque lógico, necesario. Nuestro trabajo, en ocasiones, por su extensión o por su calidad, pesa suficiente como para no poder enviarlo por correo. Plataformas como Wetransfer o Ydray pueden ayudarnos mucho a la hora de enviar de manera fácil y rápida nuestro trabajo, pero tenemos que tener en cuenta que este tipo de plataformas pueden eliminar el trabajo antes de que la editorial haya revisado la propuesta.

 

Para ello, utilizad enlaces que no caduquen o archivos comprimidos que sean muy poco pesados para enviar por correo. En general, el editor va a agradecer si no le llenamos su bandeja de entrada con archivos pesados, por lo que enlaces sin caducidad como Google Drive pueden salvarnos el pellejo. Te dejamos pinchando aquí 5 herramientas para la gestión de tu proyecto editorial, que pueden ayudarte con este proceso 😉

 

Eso sí, antes de mandar nada…

7. Investiga a la editorial.

Es un ejercicio sencillo que nos ayudará a saber cosas como… ¿Nuestro trabajo encaja con su línea editorial? ¿Publican a autores con nuestras características? ¿Comparten nuestros valores como artistas y personas? Etc.

 

Además, nos puede guiar a la hora de preparar o diseñar la propuesta e incluso a redactar el correo, ya que sabremos a quién nos dirigimos y cómo debemos hablarle. ¡Te dejamos aquí mismo cómo puedes hacerlo!

8. Muestra algo acabado del proyecto.

Un editor no puede confiar en nuestro trabajo si realmente no ha visto nada acabado. Desarrollar bocetos o estructura de todo el trabajo presentado será fantástico para que él/ella vea de un vistazo su extensión o naturaleza, pero ver alguna de las partes acabadas hará de pieza clave para que pueda imaginar, junto a lo anterior, como será el resultado final y, por lo tanto, confiar en ti.

9. Ordena la información y documentos.

Cada trabajo, al igual que cada autor o artista, es distinto. Cada propuesta puede tener una serie de imágenes, textos o documentos distinta, pero todos van a una persona que valorará si merece estar en su catálogo editorial o, si simplemente le gusta o no. Para hacérselo más fácil, ordena esos archivos en una misma carpeta y hazlo de manera racional, pues será como se lo encuentre el editor. Que parezca que se le ha dedicado cariño también a la hora de preparar la propuesta.

 

Y, por supuesto, no olvidemos algo importantísimo:

10. Habla de persona a persona.

Es decir, que no hay un robot al que le llegarán las propuestas, sino una persona que te leerá y se interesará por el trabajo. Por tanto, procura ser cordial y personalizar cada correo, comenzar el correo con un hola y acabar con una despedida, y cualquier norma que aplicarías para contestar a tu primo de Valencia (ojo que, inventándonos una cifra, cosa que nos encanta, el 40 % de los correos que recibimos ni saludan ni se despiden, y si los juntas con el otro 40% inventado de gente que se le ha olvidado borrar el nombre de la otra editorial a la que también ha enviado el trabajo… se salvan poquitos proyectos que valorar).

Por supuesto, estos consejos son consejos personales que creemos que te ayudarán a preparar tu proyecto, tanto para nuestra última convocatoria como para presentar tu trabajo a cualquier otra editorial que encaje con tu estilo y forma de ser. Que no todas las editoriales están hechas para todos los proyectos, ¿verdad?

 

¿Tienes dudas concretas sobre cómo presentar tu proyecto editorial? Pregunta en los comentarios y te echamos una mano encantados 😉

Ayudamos a editores y artistas a posicionarse en el mercado gracias a un diseño coherente con su proyecto. De la idea a la producción.

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