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10 consejos de maquetación para tu proyecto editorial

La maquetación puede ser una tarea ardua para cualquier autor o editor, sobretodo si somos escritores o autores alejados del gremio del diseño gráfico o la ilustración, pero que indudablemente no podemos pasar por alto antes de llevar cualquier trabajo a imprenta.

 

Es un paso clave que determinará de qué manera va a percibir el lector nuestra obra y que, si tenemos algo de tiempo y poco presupuesto, no solemos delegar a un profesional, por lo que nos vemos metidos en un mar de dudas y cuestiones que no tenemos por qué saber.

 

Por eso, quiero daros unos cuantos consejos que os ayudarán a tomar decisiones importantes para cualquier tipo de trabajo queráis desarrollar, ya sea una novela, un libro de artista o un álbum ilustrado, por ejemplo.

Consideraciones previas

Antes de meternos de lleno a maquetar, no quiero pasar por alto una serie de puntos iniciales que marcarán en gran parte nuestro flujo de trabajo y que, si no tenemos bien claro, podemos perder gran cantidad de tiempo:

Ten el material listo.

Cuando os digo todo el material, es toooodo el material posible, y si no, un acercamiento de lo que será. De esta manera, podemos hacernos una idea de su extensión, del ritmo de las páginas, de cómo solucionar problemas de cortes en las palabras, de la relación de las imágenes con el texto… de mil cosas que, podemos ir definiendo y puliendo una vez está todo el material final. En el caso de libros ilustrados, un abocetado inicial puede ayudarnos a ver cómo respiran las imágenes junto al texto, si tenemos problemas a la hora de distribuirlas en dobles páginas, etc.

Escoge el programa en te sientas cómodo.

Por usar un programa de maquetación profesional como Indesign no significa que quede mejor, ni que al usar uno básico como Microsoft Word vaya a ser más sencillo de realizar. Utiliza siempre el programa en que más cómodo te sientas o, si quieres aprender o investigar, explora otros programas, pero ante todo no te ates a un programa si no estás cómodo por la elección por muy ideal que sea. Ten en cuenta que, a día de hoy y con la infinidad de herramientas de imagen que hay en el mercado, podemos crear un documento pdf preparado para llevar a imprenta en la mayoría de ellos.

 

¿Cuales recomiendo yo? Adobe Indesign o Adobe illustrator. Álvaro… ¿Illustrator? Si chicos, illustrator. Cuando queremos hacer una maquetación de una cierta extensión y con un ritmo de lectura o capítulos claros, en los que no hay demasiada “explosión creativa” ni sorpresas en la maquetación, Indesign es ideal. Pero para trabajos más pequeños, creativos o con un formato diferente… Illustrator me parece una decisión versátil y sencilla de utilizar.

¿Qué tipo de publicación será tu libro? Formato y uso.

Esto es de vital importancia, pues dependiendo de qué uso le dará el lector o público deberemos diseñar y maquetar nuestra publicación pensando en ello. Por ejemplo, un manual de recetas de cocina podría ser interesante presentarlo de manera muy visual, con un formato fácil de tener en la mesa y que en un momento dado pesase por la calidad de los materiales. Sin embargo, un libro típico de bolsillo debería de caber, si, en nuestro bolsillo, con una tipografía sencilla de leer y sin distracciones innecesarias en la página.

¡Nos metemos en materia!

1. Elabora una idea/concepto.

Piensa desde el principio qué clase de imagen quieres proyectar dependiendo de la temática del libro, de las ilustraciones o del autor. Con un concepto claro de base, darás personalidad a la publicación con el resto de decisiones, siempre encaminadas a ese concepto, como la tipografía, tamaño de las imágenes, etc.

2. Define márgenes y sangrados.

Es importante establecer unos márgenes adecuados en cada página para no saturar demasiado con texto ni salirnos de ésta. De este modo armonizamos el contenido y podemos evitar que, con los cortes en imprenta o con la unión interior de las hojas, desaparezca parte del párrafo o la ilustración se quede sin información importante. Todo dependerá de cada tipo de publicación, pero como mínimo sería ideal dejar 5-10 mm, excepto en la parte interior de la página que siempre dejaremos 10-15 mm más para no ahogar el párrafo en la zona interior del libro.

 

También es importante marcar unas líneas de sangrado y seguridad adicionales al tamaño establecido. De esta manera, nos aseguraremos que las imágenes que van a sangre no mostrarán fragmentos en blanco por un mal corte de imprenta.

3. No abuses de la tipografía.

Un diseño coherente y sólido suele tener 2 tipografías (3 como mucho): Una tipografía principal para el texto general y otra complementaria que nos servirá para los títulos, píes de página…etc.

Una combinación fantástica suele ser la mezcla de una tipografía con serifa y otra sin serifa, creando un equilibrio perfecto entre un diseño clásico y moderno. No obstante, todo dependerá del estilo que hayamos definido al inicio del proyecto.

4. Establece secciones y capítulos.

Como habrás visto en los libros que tienes en casa, todos tienen una serie de secciones, elementos o capítulos que marcan un ritmo y su contenido. Definir estas páginas nos ayudará a saber bien qué le falta a nuestro trabajo.

Si no sabes bien cuales pueden ser, échale un vistazo a este post dónde te explico cada una de las partes 😉

5. Imprime una prueba “casera”.

Parece una chorrada, pero me ha salvado la vida (o el trabajo) más de una vez. Con una impresión casera de nuestras primeras páginas, en la impresora de casa o en una fotocopiadora, podremos ver si el tamaño de la tipografía es idóneo, si se lee bien, si el color aplicado a los detalles nos gusta o, simplemente, tener una primera impresión visual del trabajo.

Es importante hacer el mismo procedimiento antes de mandar a imprenta profesional, así daremos con esas correcciones y ajustes finales que harán de nuestro libro una obra de arte bien maquetada. (¿Ya estás decidido/a a imprimir como un pro? Echa un vistazo a este post)

6. Estilos claros.

Para mantener armonizada toda la maquetación de nuestro trabajo, con unas secciones claras y bien diferenciadas, es muy recomendable definir los estilos de texto (carácter y párrafo) a utilizar. ¿Qué es esto? Nada tan sencillo como establecer desde el inicio cómo van a ser los distintos textos, títulos u otros elementos que van a componer el trabajo. Por ejemplo, los títulos de sección con tipografía Roboto a 14 puntos, los textos corridos o “mancha” con Garamond a 9,5 puntos e interletraje a 115%, los pies de página con Roboto a 8 puntos, etc. De esta manera, el lector tendrá claro el ritmo de lectura, sin distracciones extrañas por el texto, concentrándose así en la propia obra.

7. Líneas y párrafos ligeros.

Vamos, intentar no fatigar al lector con la propia lectura de párrafos demasiado anchos con un tamaño de letra pequeña, intentando que la cantidad de caracteres por linea no sea excesiva. Hay artículos que recomiendan no más de 80 caracteres por línea, pero simplemente recomiendo utilizar el sentido común y realizar una primera lectura como guía y, así, comprobar que no fatigamos al lector por el hecho de leer lineas taaaaaaan largas.

8. ¿Numeración? Depende.

La numeración es importante cuando tenemos una intención real de que las páginas sean identificadas, numeradas. En libros de texto, novelas o manuales, si que puede ser importante y de gran valor que casa página tenga ese número que lo identifique, pudiendo clasificarlas en el índice y que sea más sencillo encontrar el punto donde queremos ir. Sin embargo, para libros ilustrados, libros de artista o incluso cómics, no es tan importante, pudiendo decidir por elegancia, sencillez o diseño, que no tenga numeración.

Un apunte: normalmente, una publicación numerada tiene un índice que nos dice cómo se divide el libro. Si por el contrario creemos que no es necesario que tenga índice, ¿sería necesario contar con numeración en las páginas? todo dependerá de la intención.

9. Pesos y equilibrio.

A la hora de componer una doble página, tenemos que ser conscientes que de manera heredada por nuestra cultura y manera de leer, todas las acciones e imágenes acaban su acción en la página derecha, por lo que suele tener más importancia que los elementos colocados en la parte izquierda. Además, al igual que ocurre con la portada, todos los los títulos, capítulos o inicios de sección suelen comenzar en la página derecha, aunque siempre dependerá del tipo de publicación y nuestra intención.

10. Ten a mano a tus referentes.

Todos tenemos en casa esos libros que admiramos, que no queremos perder y que nos encantaría ser parte de ellos. A la hora de tomar decisiones, estos libros pueden ayudarnos a salir de dudas con temas de todo tipo cuando estamos atascados o no sabemos cómo proceder, chivándonos soluciones que en estos libros han funcionado y que, quizá, le vengan genial a nuestro trabajo.

No se trata de copiar sus estilos ni cómo han resuelto esos problemas sus autores o editores, si no de tenerlos a mano para valorar entre todos si una cosa te gusta más o menos, si una solución es más acertada o no.

Una vez todo listo, asegúrate de exportar el documento en CMYK y en PDF para que no se desbarate a última hora todo nuestro trabajo en imprenta. ¿Qué te parecería un post sobre preparar tu archivo para imprenta? ¡escribe tus dudas en los comentarios!

RECURSOS RECURSOS RECURSOS RECURSOS RECURSOS

Os dejo una serie de recursos que pueden ayudaros a encontrar material perfecto para vuestras publicaciones.

Tipografía: fonts.google.com/

Iconografía (vectorial): flaticon.es/

Programas pro (30 días gratis): Adobe creative cloud

Básico escritura o maquetación: Google Docs (sustituto gratuito a microsoft word).

Fotos: unsplash.com/

Ayudamos a editores y artistas a posicionarse en el mercado gracias a un diseño coherente con su proyecto. De la idea a la producción.

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